27 febrero 2014

HABLEMOS DEL OSCAR



A estas alturas creo que me he tardado un poco en comentar acerca de las nominadas al Oscar de este año, pero me temo que ha resultado un poco complicado verlas todas. Pero, a dos días de la ceremonia puedo decir: ¡Misión cumplida! Vistas todas, y algunas otras porque me llamaron mucho la atención, me gustaría compartir mis impresiones, suposiciones, esperanzas y sentidas muestras de resignación respecto a lo que creo que pasará esa noche. Contraria a lo que acostumbro, procuraré ser breve, aunque hay mucho pan por rebanar.

Y las nominadas son:



Gravity: Me gustó mucho, es una de esas películas que encuentras alucinantes a nivel técnico y que no puedes no disfrutar, porque la historia te atrapa rapidísimo, pasan muchas cosas y caes rendida sin remedio ante de que te des cuenta. Sandra Bullock está genial, aunque no veo un Oscar para ella este año y lo siento porque me cae súper bien, pero si hay justicia en el mundo lo recibirá Cate Blanchett y su extraordinaria Jazmin, de Blue Jazmin, porque hace mucho tiempo que no veía a una actriz meterse de semejante forma en un personaje y llevar una película sobre los hombros con tanta maestría. Pero de vuelta a Gravity, seguro que se llevará varios premios en categorías técnicas y por supuesto que Alfonso Cuarón debe ser premiado como mejor director, vaya que se lo merece; ha revolucionado el cine y llevar esta película a la pantalla no ha sido tarea fácil, así que si no se va este Oscar para México me voy a disgustar mucho. 

Doce años de esclavitud: Es una historia conmovedora, a quién no le va a tocar la fibra sensible ver el padecimiento durante tantos años de un hombre inocente, y no solo el suyo, sino el de miles de personas que vivieron bajo el repugnante yugo de la esclavitud. Creo que el mundo necesita que se hagan películas como esta para recordar, para mantener la memoria fresca respecto a estos temas y esta cumple su función con creces. Acerca de las nominaciones, Chiwetel Ejiofor hace un papel fabuloso, pero no lo veo llevándose el Oscar a mejor actor; este ha sido un año de excelentes actuaciones y la categoría está muy peleada. Si de mí dependiera, le daría el Oscar por mejor actriz de reparto a Lupita Nyong´o sin dudarlo un segundo, pero es posible que Jennifer Lawrence repita este año por La gran estafa americana; igual, no pierdo las esperanzas. Ahora, un tema especial. Michael Fassbender. No es un secreto que este actor es de los mejores de su generación y me parecía un crimen que no lo nominaran antes, de allí que esté tan contenta de verlo en la categoría de mejor actor secundario, pero este año la va a tener difícil con Jared Leto, que está también fantástico en su papel de travesti en Dallar Buyers Club. Sé que la Academia tiene debilidad por premiar a actores que se someten a transformaciones drásticas para un papel, y visto así, Jared lo merece, eso es innegable, pero Fassbender hace un papel tan limpio, a falta de una palabra mejor, contando solo con su talento como arma para entregarnos a uno de los villanos más extraordinarios que he visto en mucho tiempo, que creo merece más el premio; igual, aquí me quedaré con la esperanza y ya me enteraré de cuál será la realidad. 



Capitán Phillips: No puedo decir que disfrutara particularmente esta película, me resultó pesada, predecible y, lo confieso, con el perdón de Tom Hanks, que lo adoro y admiro, bastante aburrida. Me extraña que fuera nominada ignorando a películas como Blue Jazmine, por ejemplo, pero comprendo que no se podía dejar pasar según los estándares de la Academia. El hecho de que no nominaran a Tom Hanks en la categoría de mejor actor, siendo lo más resaltante de la cinta, resulta aún peor.

Nebraska: Hermosa película, muy hermosa. Todos los años, gracias a Dios, hay una como esta, o eso he notado. Una que parece romper el molde, que marca la diferencia, y que no por ello resulta mejor que las demás, sino que tiene una mística muy propia de cine independiente, de mano hábil del director y de buen elenco que te deja con una sensación muy agradable. Las nominaciones que ha recibido son muy merecidas, pero veo difícil que se alce con alguna de las más importantes; en todo caso, es una película que no se debe dejar pasar y que me gustaría sonara un poquito más, lo merece. 

Philomena: La trama de esa madre tan joven que crece en un ambiente opresor y a quien le arrebatan a su niño de la forma más cruel es conmovedora, te toca muy fuerte, y al saber que está inspirada en un caso real, resulta aún más triste. Tenía muchas esperanzas puestas en esta película y no me defraudó, realmente me sentí cautivada por la actuación de Judi Dench, que en otro año sin duda hubiera podido recibir un Oscar por su excelente papel.



La gran estafa americana: Una película para ver por el reparto y poco más. La verdad que la trama en sí me resultó bastante pesada, densa, innecesariamente larga, pero insisto en que el elenco es tan bueno y se lucen todos de forma tan perfecta, que vale la pena verla solo por eso. Christian Bale, como siempre, alucinante, y con un cambio en su aspecto que me dejó muy impresionada; Amy Adams, que cada vez actúa mejor; Jennifer Lawrence, que no puede andar a paso más firme y que es posible se lleve un Oscar a mejor actriz de reparto, y Bradley Cooper, también muy metido en su papel. Una película que no pasa inadvertida.



Her: Una completa sorpresa para mí. Joaquin Phoenix no es de mis actores favoritos, la trama se me hacía un poco rara y la vi con pocas expectativas. Qué suerte la mía, porque me encontré con una de las mejores películas que he visto en mucho tiempo. No sé si le ocurra lo mismo a todas las personas que han podido verla ya, pero pocas veces me he visto tan tocada por una trama que me conmoviera tanto. La forma en que se tratan las relaciones humanas es increíble, y también las no del todo humanas, por decirlo así. Al verla no puedes evitar pensar en si algún día llegaremos a ese nivel de desprendimiento de nuestra humanidad y dependencia de las máquinas, aunque justo es decir que a estas alturas no parece que estemos muy lejos de ello. Y aún así, la historia te deja con una enorme sensación de esperanza en la raza humana, en que los sentimientos nunca podrán ser reemplazados, y que, aún más, siempre atenderemos a esa necesidad tan propia del ser humano de buscar el amor en nuestros semejantes y de conservar la esperanza pese a todo. 



Dallas Buyers Club: No sabía qué esperar de esta película, me tomó un poco desprevenida y, lo confieso, no le tenía mucha fe a Matthew McConaughey, pero me dejó boquiabierta con su actuación. Ya lo había visto en algunos roles que mostraban lo talentoso que es, pero pensé que era cosa de casualidad (confieso que ese afán suyo de aparecer sin camisa en tantas películas como su  mayor atributo me inspiraba un poco de desconfianza); pero me alegra poder decir que estaba del todo equivocada y que se ha revelado como un actor de peso y con un futuro alucinante (ya comentaré luego True Detective, esa fantástica serie en la que actúa). Aunque mi corazón se inclina por Leonardo DiCaprio y su actuación en El lobo de Wall Street, sería muy mezquina al no reconocer que este es el año de Matthew y que espero se lleve la estatuilla a casa y que siga por este genial camino. Respecto a otras categorías, es muy posible que Jared Leto gane a mejor actor de reparto, y es merecido, aunque insisto en que yo le daría el Oscar a Michael Fassbender, pero ya veremos qué pasa. 

El lobo de Wall Street: Aquí compartiré una opinión un poco impopular, seguro. La verdad es que no he disfrutado la película tanto como esperaba por todo lo que me dijeron de ella. Me pareció interesante, con una historia bien contada y actuaciones de primera, pero vista como un todo no me ha convencido, y sé que no se debe a ninguna falla en la película, sino en mí; esa acción desenfrenada no me llegó, no me sentí inmersa en la historia y se me hizo tan chocante como tediosa. Seguro que los cinéfilos con conocimientos podrán explayarse en todas sus virtudes, pero yo sencillamente no puedo apreciarlas. Eso sí, Leonardo DiCaprio está que se sale en su papel y cada vez lo admiro más; de no ser porque tiene a Matthew McConaghey al frente, le daría el Oscar en un pestañeo, que por cierto lo merece desde hace muchos años. Quién sabe, tal vez nos dé la sorpresa.



Por último, y compruebo apenada que esta entrada tiene poco de breve, por lo que espero al menos encontraran interesantes mis desvaríos, me gustaría compartir unas de las canciones nominadas para mejor tema musical, la que espero gane. Todas las canciones de este año tienen algo, y son muy bonitas, pero esta se lleva las palmas; por ser de U2, por pertenecer a una película tan buena, y sobre todo, por la letra tan bella que nos regala. Espero que la disfruten tanto como yo, y seguro que pasado el domingo podremos comentar los resultados de la entrega de premios. Mientras tanto, ¿coinciden conmigo? ¿Alguna buena película que según ustedes se haya ignorado? ¿A quién le darían el Oscar?


24 febrero 2014

EL HÉROE DISCRETO



Dos hombres puestos a prueba por la vida descubren el verdadero sentido del coraje y la lealtad.

El héroe discreto narra la historia paralela de dos personajes: el ordenado y entrañable Felícito Yanaqué, un pequeño empresario de Piura, que es extorsionado; y de Ismael Carrera, un exitoso hombre de negocios, dueño de una aseguradora en Lima, quien urde una sorpresiva venganza contra sus dos hijos holgazanes que quisieron verlo muerto.

Ambos personajes son, a su modo, discretos rebeldes que intentan hacerse cargo de sus propios destinos, pues tanto Ismael como Felícito le echan un pulso al curso de los acontecimientos. Mientras Ismael desafía todas las convenciones de su clase, Felícito se aferra a unas pocas máximas para sentar cara al chantaje. No son justicieros, pero están por encima de las mezquindades de su entorno para vivir según sus ideales y deseos.

Viejos conocidos del mundo vargasllosiano aparecen en estas páginas: el sargento Lituma y los inconquistables, don Rigoberto, doña Lucrecia y Fonchito, todos moviéndose ahora en un Perú muy próspero. Un libro lleno de humor, con elementos propios del melodrama, donde Piura y Lima ya no son espacios físicos, sino reinos de la imaginación poblados por los personajes del gran escritor que es Mario Vargas Llosa.



Alguna vez me preguntaron en un comentario si me gustaban todos los libros que leo porque usualmente soy muy entusiasta en las reseñas y me quedé en responder entonces, pero justo ahora, luego de terminar este libro, recordé esa duda. La respuesta es muy sencilla y es que al ser este un blog de temática variada, por lo general solo comento aquello que me entusiasma, sean libros, películas, series, citas, lo que sea. No lo sé, siento que si algo no me gustó, no tiene mucho sentido hablar al respecto; por allí que lo comento en Twitter, pero dedicarle toda una entrada me resulta un poco agobiante; creo que el tiempo dedicado a  leer/ver/oír algo que a la larga no me gustó es suficiente. O tal vez solo soy una perezosa que no encuentra las energías necesarias para ponerse a escribir de algo que no le ha gustado y prefiere dejarlo pasar. Cualquier posibilidad es tan buena como cualquier otra, supongo, y quizá la segunda tenga un poco más de peso... 

Bueno, decía que recordé esta pregunta porque acabo de terminar El héroe discreto, el último libro de Vargas Llosa y me encuentro en esa fina línea difícil de cruzar en la que nos encontramos con frecuencia las personas a las que nos gusta leer. Terminamos un libro y nos quedamos con una idea rondando: "¿Me gustó o no me gustó?" Un poco en plan Hamlet, pero sin la calavera. 




Será que desde hace un tiempo no logro entusiasmarme con los libros de este autor y eso me provoca una pena tremenda, porque lo admiro como escritor, ha creado obras fantásticas y tiene un merecidísimo Premio Nobel (el único ganado por un compatriota, además, cosa seria), de modo que le tengo una consideración muy especial. Supongo que cuando has escrito una novela como Conversación en la catedral resulta difícil superarte, y quizá de eso se trata; leer cada obra de Vargas Llosa esperando encontrarte con una obra maestra es muy injusto para con él y para con nosotros como lectores. Es mejor leerlo con la mente abierta y bien dispuestos a saber qué es lo que nos ofrece esta vez el autor. 

En el caso de El héroe discreto, tras mucho pensarlo, he llegado a la conclusión de que es un buen libro, entretenido, con una trama interesante y que si bien cae en una sencillez que puede parecer un poco ingenua, está fuertemente relacionada con el tono del libro en sí. Después de todo, la novela trata dos historias en las que los protagonistas son dos hombres muy discretos, íntegros, y con una forma de ver la vida bastante simple y básica, la misma que los lleva a realizar actos que, vistos con franqueza, son sencillamente heroicos, propios de los héroes de nuestros días, de los que no llevan capas ni antifaz, sino que enarbolan su decencia como el mayor de sus súper poderes.

De modo que sí, he llegado a una conclusión, y es que si bien esta novela no me ha entusiasmado de una forma especial, sí que me ha gustado, incluso más que las últimas obras escritas por el autor, y eso es algo para agradecer. Y aquí estaré, en espera del próximo libro de Vargas Llosa, y seguro que lo leeré, y me dejará pensando, como siempre, porque esa es una extraordinaria habilidad que este autor jamás perderá: no hay manera de cerrar un libro suyo y no reflexionar acerca de él. Después de todo, de eso se trata la literatura, ¿cierto? ¿Y ustedes qué tal se llevan con este autor? 

17 febrero 2014

LA RIDÍCULA IDEA DE NO VOLVER A VERTE



La ridícula idea de no volver a verte, de Rosa Montero, autora de otros libros como Te trataré como a una reina o Temblor, es una obra con la fuerza de la mejor narrativa de esta autora. Alegre, apasionado y original, incluye fotografías, recuerdos, reflexiones sobre la superación del duelo o sobre el modo de afrontar la literatura. Un abierto homenaje a las mujeres que como Marie Curie se han enfrentado a su entorno por llevar adelante aquello en lo que creían en una sociedad que las ignoraba por su condición femenina. «Éste es un libro sobre la vida... apasionado y alegre, sentimental y burlón.». Vivo, libérrimo y original, este libro inclasificable incluye fotos, remembranzas, amistades y anécdotas que transmiten el primitivo placer de escuchar buenas historias. Un texto auténtico, emocionante y cómplice que te atrapará desde sus primeras páginas. Sentirás que ha sido escrito sólo para ti.



Desde que La loca de la casa, Rosa Montero se hizo un lugar entre mis escritoras favoritas, y si bien no he leído todas sus novelas, hasta ahora no ha caído una entre mis manos que no me haya gustado, en mayor o menor medida. Y aún así, sin haber leído toda su obra, me atrevo a asegurar que La ridícula idea de no volver a verte debe ser su mejor novela, porque no puedo imaginar una superior; puede que me equivoque, claro, y si es así, ya el tiempo se encargará de demostrármelo, pero por ahora seguiré con esa idea.

No tenía pensado leer esta novela, sabía algo acerca de ella y la había guardado en el fondo de la memoria, en mi lista sin fin de lecturas pendientes. Hasta que ella me encontró, o yo la encontré a ella, no estoy segura, pero me salió al camino y la llevé a casa conmigo. La puse sobre una mesilla y veinticuatro horas después, cargando con ella para todos lados, como nos pasa a todos de vez en cuando con ciertos libros, la terminé. Y no podría decir que la devoré, no, la he saboreado; incluso llegó un momento, al poco de empezar, en que la hice a un lado, y no porque no me gustara, sino porque me golpeó; una de las tantas frases brillantes que componen este tejido de palabras me pegó un derechazo que me dejó a lágrima viva y el temor de ver mi dolor reflejado casi me gana la partida. Casi. Lo volví a tomar luego de diez minutos, más o menos. 



Resulta imposible leer un libro como este, haber sufrido una pérdida, y no sentirse tocado en la fibra más sensible. Creo firmemente que Rosa Montero escribió esta novela como una suerte de catarsis, y en el proceso, quizá sin desearlo, nos ayudó a que muchos le acompañáremos en este trance y pudiéramos hacer la propia. Al hilar fino alrededor de la vida de una mujer tan increíble como fue Marie Curie y hacer un paralelismo de la pérdida de su esposo y la del suyo, Montero entremezcla de forma tan exquisita y natural los hechos, que te deja una sensación cálida en el pecho. Y esa es una constante en el libro, porque pese a abordar temas que pueden resultar muy sensibles, como son la pérdida de un ser amado, el proceso del duelo, la desesperación que se siente al verte de pronto privada de la presencia de alguien que veías como una constante en tu vida, en la lectura no hay lugar para el dolor, o no para un dolor descorazonador, sino para ese que se instala en tu corazón una vez que has aprendido que no tienes otra alternativa que vivir con él, y se convierte en una suerte de compañero. Como dice Montero en el libro, uno no se recupera jamás del dolor de una pérdida, se reinventa, y con suerte, después de haber pasado por una experiencia tan dura, se fortalece. 



Se abarcan muchos temas en esta novela (la llamo así a falta de un término mejor). No solo toca el proceso del duelo, nos narra un lado quizá desconocido para muchos de una de las mujeres más increíbles que han vivido: Marie Curie, esa brillante científica polaca que descubrió el Polonio y el Radio, que obtuvo dos Premios Nobel y fue una pionera en muchos ámbitos. De Curie conocía poco, lo que enseñan en la escuela, lo que lees en algún libro o revista en que se le mencione, pero de ella como mujer, como ser humano, no sabía nada, y tras conocer su vida, todo por lo que pasó, esa naturaleza decidida e indomable que la llevó a lograr todo lo que logró, no puedo menos que admirarla profundamente. Me abstengo de escribir mucho al respecto, porque espero que se animen a leer el libro y que descubran su historia de la misma forma en que me ha pasado a mí.

Por otra parte, Montero no se deja en el tintero un tema que resulta más que interesante y muy apropiado considerando que la historia de Curie es parte fundamental de esta novela. El papel de la mujer en pasado y el presente, lo que tomamos por obligaciones impuestas por la sociedad, nuestros propios temores e inseguridades, etc, se tratan de forma clara, profunda y al mismo tiempo incluso divertida, con ese afilado humor tan propio de la autora.



En fin, que es una novela más que recomendable, eso ni dudarlo, y espero de todo corazón que se animen a leerlo; así podrán conocer a Marie, esa apasionada mujer, fuerza de la naturaleza, a quien la ciencia le debe tanto, y también saber algo más acerca de Rosa Montero, una escritora tan talentosa que hilvana palabras, porque las palabras son lo que mueve el mundo y ella, cuando quiere, lo remece.


13 febrero 2014

PALABRAS DE AMOR



Que soy una romántica incurable... bueno, a estas alturas eso no sorprenderá a nadie. De allí que encuentre tan interesantes las historias de amor, así como las palabras de amor. Y no que viva en las nubes, por supuesto, ¿se puede aún en estos tiempos? Porque creo fervientemente que el amor es complejo, es trabajo, en gran medida sufrido y otra tanta disfrutado, como todo lo bueno de la vida. 



Con la cercanía de San Valentín no faltan los escépticos, entre los que me cuento de vez en cuando, que no pueden evitar alzar una ceja o mirar con cierta desconfianza toda esta parafernalia relacionada con la fecha. Pero la mayor parte del tiempo, la veo un poco tal y como veo la Navidad; pienso que es una fecha hermosa que puede ser celebrada por su real significado sin necesidad de caer en ese mercadeo desmedido que actualmente nos invade. Después de todo, ¿quién te puede decir cómo debes amar y celebrar ese amor? 



Y como la palabra es vida, y al ser el amor parte de ella lo es también, nada mejor que recordar esas frases hermosas escritas por tantos hombres y mujeres talentosos, algunas conocidas, otras no tantas, pero todas fantásticas. Estoy segura de que no pensaron en ellas con la idea de festejar el día de San Valentín, estaban muy ocupados amando y haciéndolo saber al mundo para ello, pero me he permitido robarme algunas para compartirlas porque, aunque suene a cliché monumental, el mundo necesita mucho, pero mucho amor.  


Y sobre todo, al fin y al cabo, con día de San Valentín o no, con celebraciones o pasando de ellas, quiero usar esta fecha como excusa para desearles un buen amor; espero que estén disfrutando de uno, o que lo esperen en la vera del camino, o que lo tengan en el recuerdo, pero que viva de alguna u otra forma en sus corazones, y que sea fuerte, que sea digno, pero sobre todo, que sea eterno. 




09 febrero 2014

LA LADRONA DE LIBROS: MARKUS ZUSAK



En plena II Guerra Mundial, la pequeña Liesel hallará su salvación en la lectura. Una novela preciosa, tremendamente humana y emocionante, que describe las peripecias de una niña alemana de nueve años desde que es dada en adopción por su madre hasta el final de la guerra. Su nueva familia, gente sencilla y nada afecta al nazismo, le enseña a leer y a través de los libros Liesel logra distraerse durante los bombardeos y combatir la tristeza. Pero es el libro que ella misma está escribiendo el que finalmente le salvará la vida.



Leí este precioso libro hace ya algún tiempo, y recuerdo que entonces me encantó; pero gracias al estreno de la película, que en lo personal me ha parecido una muy buena adaptación, me animé a sumergirme en su relectura, dejando de lado por el momento a María Dueñas y su Tiempo entre costuras, y ahora puede decir que si en esa primera lectura me gustó mucho, al leerlo una vez más, me he terminado de enamorar de la historia de Liesel, una ladrona que me ha robado el corazón y no tengo ninguna intención de reclamárselo. 

Es difícil reseñar un libro que te ha despertado tantas emociones, porque nunca es sencillo volcar nuestros sentimientos en palabras, pero ya que mis reseñas son más bien comentarios poco técnicos que comparto con ustedes, lo voy a intentar. 

Los libros relacionados con la Segunda Guerra Mundial, la Alemania Nazi y el Holocausto son siempre muy delicados, por usar una expresión; muchos incluso les tememos, porque puede ser una lectura dura, y no nos falta razón, pero este libro en particular, aunque no esconde los horrores de la época, y los relata en algunos pasajes de forma descarnada y sin adornos, tiene un algo que hace que incluso esos acontecimientos tan terribles se cuelen en nuestros corazones sin dejarnos llenos de amargura, sino con una sensación cálida, como si por encima del horror se elevaran los nobles personajes que la historia nos regala y no hubiera lugar para el odio o el rencor.



Una importancia enorme recae sobre la narradora de la historia, que no develaré quién es, ya que he oído por allí que puede ser tomado como Spoiler, a lo que aquí entre nos le encuentro poco sentido, pero habrá que ser discretos... Esta omnipresente testigo de la vida de nuestros queridos personajes nos relata, a veces con dureza, y otras tantas con un estilo poético, los acontecimientos que se suceden desde la llegada de la pequeña Liesel al hogar de los Huberman, Hans y Rosa, cada uno con sus peculiaridades, y el primero con un corazón tan enorme que no le cabe en el pecho y que lo ha convertido en mi favorito. 

Liesel es una niña que crece en la Alemania Nazi, como uno de tantos ciudadanos inocentes que se vieron arrastrados al espanto de una guerra monstruosa concebida por seres despreciables. Encuentro muy interesante conocer la historia de aquellos alemanes en esa época, saber qué pensaban de su fanático gobierno y cómo enfrentaron sus pérdidas, terribles descubrimientos, e incluso arriesgaron sus propias vidas para ayudar a aquellos que se encontraban en peligro.



Así como adoré a Liesel y me enamoré de su padre adoptivo, Hans, también guardo buenos recuerdos de la buena Rosa, el pequeño y buen Rudy, fanático de Jesse Owens; y el sufrido judío Max, tan noble y perseguido por los recuerdos y el dolor que se te queda grabado en el corazón. 

No digo mucho más porque no quiero adelantarles ningún acontecimiento del libro, esos sí que serían Spoilers, pero sí que quiero comentar algo que leí en un comentario respecto al libro, no sé dónde, pero que se me quedó en la memoria. Alguien dijo que este libro le recordó la razón por la que amaba leer y escribir, y estoy plenamente de acuerdo, me ha pasado lo mismo, y estoy muy agradecida por eso, así como por todas las lecciones que he aprendido durante la lectura de esta historia, unas que espero permanezcan conmigo por siempre.



Obviamente, lo recomiendo de todo corazón, y si pueden leer el libro antes de ver la película, aún mejor, porque nunca dejaré de pensar que por buena que sea una adaptación, resulta muy difícil hacerle honores a la historia original. Espero que se animen a dejarse robar también el corazón por Liesel, les aseguro que no se van a arrepentir. 

03 febrero 2014

ABRIL ROJO: SANTIAGO RONCAGLIOLO



Hace unos días fui de compras literarias, como me gusta llamarles, y aunque tengo un montón de libros en espera, para variar, cuando llegué a la feria en la que acostumbro adquirir las obras, terminé decidiendo por algunos títulos a los que no me pude resistir, de los que seguro hablaré luego, según vaya avanzando con ellos, y como plato fuerte escogí un par de buenos libros de dos excelentes autores peruanos; El héroe discreto, de Vargas Llosa, y Abril Rojo, de Santiago Roncagliolo, y es de este del que quiero hablarles hoy.

Santiago Roncagliolo es un autor relativamente joven y muy talentoso que no sólo se dedica al periodismo, sino que además escribe en varias revistas y diarios, entre ellos El País. Con esta novela obtuvo el Premio Alfaguara 2006.

Abril Rojo es una novela que aborda los últimos veinticinco años de violencia vividos en el Perú. El protagonista es el fiscal Félix Chacaltana Saldívar, un hombre solitario, aficionado a la poesía y abrazado a las formas más tradicionales. El fiscal tiene el encargo de investigar un crimen ocurrido durante la Semana Santa en Ayacucho. Ese crimen es el inicio de otros, sucesivos y misteriosos. Chacaltana sospecha que es Sendero Luminoso, el grupo terrorista que azotó al país durante los años ochenta. Y si bien él es un hombre respetuoso de la ley, termina acercándose a los irregulares métodos de la policía y el ejército peruanos.

Este es un libro en gran medida policial, pero lo interesante es que la trama se enfoca en el protagonista, este fiscal tan apegado a las normas que al principio resulta casi insoportable, pero que luego, según se da de golpe con la realidad, cambia totalmente su brújula moral, y ya no sabemos si lo preferíamos con su antigua personalidad o con aquella que se ve obligado a adoptar para sobrevivir.


Toda persona se sentiría identificada con el trasfondo de este libro, especialmente cualquiera que se hubiera visto asolado por la violencia en sus lugares de origen. En nuestro caso, el Perú sufrió mucho en los años ochenta y principios de los noventa por los distintos grupos terroristas que asolaron nuestro país. Sin embargo, cunde la polémica, ya que durante aquellos años las fuerzas armadas también actuaron de una manera muy cuestionable. En Lima se sintió, pero fueron el interior del país, los pueblos más alejados y pobres, los que realmente se vieron perjudicados, ya que no sólo debían huir de los terroristas, sino también de los militares, que los veían como posibles sospechosos. Es decir, se encontraban entre dos fuegos; los desaparecidos y muertos se cuentan por miles, y aún ahora nos cuesta ponernos de acuerdo acerca de lo que la guerra interna ocasionó en nuestra sociedad; creo que pasarán muchos años más antes de que encontremos la verdadera reconciliación, si es que eso ocurre.


Quizá sea justamente por eso que este libro es tan bueno, no toma partido, nos muestra fríamente lo que ocurrió y deja al lector la libertad absoluta para sacar sus propias conclusiones. Creo que del dolor se aprende para no cometer nuevamente los errores del pasado y "Abril Rojo" es un libro altamente recomendable.